La revolución industrial 1836 - 1913
La revolución industrial es el nombre que se le da al período en el cual se llevaron grandes cambios en Gran Bretaña y en el que los habitantes comenzaron a utilizar la energía del vapor para fabricar artículos en las fabricas.
Durante el siglo XVIII, muchas personas en Gran Bretaña trabajaban en sus hogares, normalmente en la producción de artículos hechos artículos hechos a mano. También había numerosos granjeros y obreros en fincas, quienes trabajaban la tierra para cultivar y así alimentar a sus familias. A mediados del siglo XIX, todo esto cambió. Muchos británicos ahora vivían en las ciudades y trabajaban en enormes fábricas, o en almacenes, oficinas, líneas de tren y otros negocios diseñados para servir a los habitantes de estos centros industriales. Como líderes del mundo, los inventores británicos continuaron desarrollando nuevas y revolucionarias máquinas que llevaban a cabo tareas tradicionales, tales como envolver e hilar más rápidamente que si se hacía a mano.
Las máquinas también se utilizaban para fabricar hierro y acero. Estos metales fueron a su vez utilizados para crear más máquinas, armas y herramientas. El cambio se produjo por cuatro factores: la minería del carbón, un sistema de canales, el capital y la mano de obra de bajo costo. El carbón se utilizaba para fundir el hierro y el acero, y para generar vapor con el fin de alimentar las nuevas máquinas. Los lanchones transportaban materia prima y los productos terminados a lo largo de los canales. Las ganancias provenientes de las colonias de Gran Bretaña suministraban a los comerciantes más dinero para inv ertir. Y los mal remunerados obreros de las fincas migraban a las ciudades en busca de mejores salarios.
El auge de los negocios
Se explotaban nuevas minas de carbón con el fin de suministrar el mineral para los motores a vapor, mientras que el coque se utilizaba en las siderúrgicas. A mediados del siglo XIX, los sistemas de canales y de trenes en Gran Breataña conectaban a todas las principales ciudades industriales. Las nuevas máquinas fabricaban artículos de manera más rápida y a menor costo. Los propietarios de las fábricas y las minas obtenían grandes ganancias, parte de las cuales gastaban en nuevas máquinas y generaban nuevos empleos. Los inversionistas ahorraban pequeñas sumas de dinero en los bancos y después les prestaban a los industriales grandes cantidades. Este sistema de capitalismo naciente reunía dinero para construir fábricas, oficinas y viviendas.
Para muchos obreros, la vida en las fábricas y las minas era dura y peligrosa. Los hombres, las mujeres y los niños trabajaban 13 o más horas al día, a menudo por salarios muy bajos. Muchos trabajadores morían o resultaban heridos por máquinas que no eran seguras y por ello se crearon nuevas leyes de seguridad industrial. Las ciudades crecían rápidamente y sin una planeación adecuada, lo cual dejaba a algunas áreas sin alcantarillado o agua potable. Enfermedades tales como el cólera (producida por agua contaminada) se volvieron muy comunes y mataron a miles de personas.
Con el tiempo, se introdujeron leyes para acortar las horas de trabajo y prohibir que los niños trabajaran. Los sindicatos, que en principio habían sido prohibidos, realizaron campañas para obtener mejores condiciones salariales y educación para todos los niños. Los tugurios fueron eliminados y se crearon leyes para controlar las fábricas y las viviendas.
OTROS DATOS:
Muchos niños trabajaban en las minas y las fábricas, aunque esta práctica fue prohibida en la mayoría de países hacia 1900.
Los empleos en las fábricas, tales como los de fabricante de textiles, con frecuencia requerían destreza en lugar de fuerza. Las mujeres eran tan buenas como los hombres en ese tipo de trabajo y muchas mujeres solteras obtuvieron independencia gracias a que podían ganar su propio salario.
El inventor británico Isambard Kingdom Brunel (1806-1859) construyó vías férreas, puentes, túneles, viaductos, estaciones de tren, puertos y el barco más grande del mundo.
Las nuevas fábricas se construyeron cerca de los canales y de las vías férreas, de tal forma que fuera más fácil entregar la materia prima y transportar los productos terminados. Para alojar a los trabajadores se construyeron casas unidas y uniformes.
La llegada del tren expandió Norteamérica, pero también condujo a la primera huelga nacional: la gran huelga de 1877. Cuando les redujeron los salarios a los trabajadores de la vía del tren, sus protestas bloquearon el paso de los trenes. Finalmente, hubo que acudir al ejército.
Un gran avance en la fabricación de acero fue creado por Henry Bessemer (1818-1898). En un convertidor Bessemer se soplaba aire caliente a través del hierro fundido para convertirlo en acero. El acero era más fuerte y más útil que el hierro, pero antes del invento de Bessemer, en 1856, era demasiado costoso de producir
En 1842, James Masmyth (1808-1890) inventó el martillo a vapor, que se utilizaba para crear piezas de los nuevos barcos a vapor. La máquina era movida por dos motores de vapor de doble acción.
Durante el siglo XVIII, muchas personas en Gran Bretaña trabajaban en sus hogares, normalmente en la producción de artículos hechos artículos hechos a mano. También había numerosos granjeros y obreros en fincas, quienes trabajaban la tierra para cultivar y así alimentar a sus familias. A mediados del siglo XIX, todo esto cambió. Muchos británicos ahora vivían en las ciudades y trabajaban en enormes fábricas, o en almacenes, oficinas, líneas de tren y otros negocios diseñados para servir a los habitantes de estos centros industriales. Como líderes del mundo, los inventores británicos continuaron desarrollando nuevas y revolucionarias máquinas que llevaban a cabo tareas tradicionales, tales como envolver e hilar más rápidamente que si se hacía a mano.
Las máquinas también se utilizaban para fabricar hierro y acero. Estos metales fueron a su vez utilizados para crear más máquinas, armas y herramientas. El cambio se produjo por cuatro factores: la minería del carbón, un sistema de canales, el capital y la mano de obra de bajo costo. El carbón se utilizaba para fundir el hierro y el acero, y para generar vapor con el fin de alimentar las nuevas máquinas. Los lanchones transportaban materia prima y los productos terminados a lo largo de los canales. Las ganancias provenientes de las colonias de Gran Bretaña suministraban a los comerciantes más dinero para inv ertir. Y los mal remunerados obreros de las fincas migraban a las ciudades en busca de mejores salarios.
El auge de los negocios
Se explotaban nuevas minas de carbón con el fin de suministrar el mineral para los motores a vapor, mientras que el coque se utilizaba en las siderúrgicas. A mediados del siglo XIX, los sistemas de canales y de trenes en Gran Breataña conectaban a todas las principales ciudades industriales. Las nuevas máquinas fabricaban artículos de manera más rápida y a menor costo. Los propietarios de las fábricas y las minas obtenían grandes ganancias, parte de las cuales gastaban en nuevas máquinas y generaban nuevos empleos. Los inversionistas ahorraban pequeñas sumas de dinero en los bancos y después les prestaban a los industriales grandes cantidades. Este sistema de capitalismo naciente reunía dinero para construir fábricas, oficinas y viviendas.
Para muchos obreros, la vida en las fábricas y las minas era dura y peligrosa. Los hombres, las mujeres y los niños trabajaban 13 o más horas al día, a menudo por salarios muy bajos. Muchos trabajadores morían o resultaban heridos por máquinas que no eran seguras y por ello se crearon nuevas leyes de seguridad industrial. Las ciudades crecían rápidamente y sin una planeación adecuada, lo cual dejaba a algunas áreas sin alcantarillado o agua potable. Enfermedades tales como el cólera (producida por agua contaminada) se volvieron muy comunes y mataron a miles de personas.
Con el tiempo, se introdujeron leyes para acortar las horas de trabajo y prohibir que los niños trabajaran. Los sindicatos, que en principio habían sido prohibidos, realizaron campañas para obtener mejores condiciones salariales y educación para todos los niños. Los tugurios fueron eliminados y se crearon leyes para controlar las fábricas y las viviendas.
OTROS DATOS:
Muchos niños trabajaban en las minas y las fábricas, aunque esta práctica fue prohibida en la mayoría de países hacia 1900.
Los empleos en las fábricas, tales como los de fabricante de textiles, con frecuencia requerían destreza en lugar de fuerza. Las mujeres eran tan buenas como los hombres en ese tipo de trabajo y muchas mujeres solteras obtuvieron independencia gracias a que podían ganar su propio salario.
El inventor británico Isambard Kingdom Brunel (1806-1859) construyó vías férreas, puentes, túneles, viaductos, estaciones de tren, puertos y el barco más grande del mundo.
Las nuevas fábricas se construyeron cerca de los canales y de las vías férreas, de tal forma que fuera más fácil entregar la materia prima y transportar los productos terminados. Para alojar a los trabajadores se construyeron casas unidas y uniformes.
La llegada del tren expandió Norteamérica, pero también condujo a la primera huelga nacional: la gran huelga de 1877. Cuando les redujeron los salarios a los trabajadores de la vía del tren, sus protestas bloquearon el paso de los trenes. Finalmente, hubo que acudir al ejército.
Un gran avance en la fabricación de acero fue creado por Henry Bessemer (1818-1898). En un convertidor Bessemer se soplaba aire caliente a través del hierro fundido para convertirlo en acero. El acero era más fuerte y más útil que el hierro, pero antes del invento de Bessemer, en 1856, era demasiado costoso de producir
En 1842, James Masmyth (1808-1890) inventó el martillo a vapor, que se utilizaba para crear piezas de los nuevos barcos a vapor. La máquina era movida por dos motores de vapor de doble acción.