El Imperio Otomano en el Renacimiento 1453 - 1600
Tras la caída de Constantinopla en 1453, el Imperio Otomano pronto se convirtió en una fuerza para tener en cuenta en el Medio Oriente y alrededor del Mediterráneo. Cuando Constantinopla cayó ante Mehmet II, en 1453, el Imperio Otomano comenzó su edad de oro. La antigua capital bizantina fue rebautizada Estambul, y se convirtió en el centro de un enorme imperio el cual, en su punto máximo, alrededor de 1680, se expandía desde Argelia hasta Persia, y desde Hungría hasta Arabia.
El Imperio Otomano, fundado por Osman I en 1301, se extendió a Europa más o menos en 1389. Los mongoles detuvieron su expansión durante un tiempo pero, después de tomarse Constantinopla, Mehmet II rápidamente conquistó dos terrenos y 200 ciudades en Anatolia y los Balcanes. Más adelante, Selim I se tomó Siria, Arabia y Egipto, entre 1512 y 1520.
Solimán el Magnifico gobernó durante 46 años, a partir de 1520. Conquistó Belgrado y Hungría, pero falló a la hora de tomarse Viena, la capital del santo Imperio Romano. Más adelante invadió Mesopotamia, Armenia y la región del Cáucaso. Los otomanos obtuvieron el control de la parte oriental del Mediterráneo y del Mar Negro (por ello, dominaron el comercio en Venecia y Génova), así como del norte de África y ucrania.
Para su propio pueblo, Solimán era conocido como Qanuni, el legislador, dado que reformó la administración otomana y el sistema legal. Él dio forma al Imperio Otomano, enriqueciéndolo todo, desde la arquitectura hasta la vida de la corte. Era poeta, erudito y patrocinador de las artes, y reconstruyó gran parte de Estambul.
Los europeos lo llamaban Solimán el Magnífico por el esplendor de su corte y sus victorias militares en Europa. Tales victorias incluyeron una serie de campañas en las cuales capturó Belgrado, en Yugoslavia, y repelió de Rodas a los caballeros cruzados de San Juan, en 1522.
Su mayor victoria fue en Mahes, Hungría, en 1526. Su asedio sobre Viena amenazó el corazón de Europa y se tomó la ciudad santa musulmana de La Meca en 1538. Entretanto, la flotilla turca, bajo el mando del pirata Barbarroja (Khayr ad-Din Pasha), atacó y arrasó las costas de España, Italia y Grecia.
Solimán llevó a cabo tres campañas en oriente contra el imperio safávida persa. Esta era una guerra entre musulmanes, entre los otomanos y los persas chiítas. Solimán se tomó Bagdad, aunque la frontera oriental del imperio nunca estuvo segura. Las guerras entre los dos imperios duraron hasta el siglo XVI y desviaron la atención de los otomanos, de tal forma que éstos no avanzaron hacia Europa.
Comienzo de un lento declinar
Cuando Solimán falleció, su hijo Selim II se convirtió en sultán. Selim llevaba una vida de placer, mientras que sus ministros generales administraban el imperio. Los otomanos no eran numerosos. Dependían de tomar esclavos rusos y noafricanos y de reclutar uno de cada cinco niños de sus territorios europeos para entrenarlos como administradores y soldados. A la gente del común se le dejaba en paz, siempre y cuando fuera obediente y pagara sus impuestos; además, ninguno de ellos fue convertido al Islam a la fuerza. Los otomanos dependían de los griegos, los armenios, los venecianos y otros comerciantes extranjeros, lo cual le imprimía carácter internacional al imperio. Sin embargo, en 1600, el imperio inició su largo y lento descenso.
OTROS DATOS:
Solimán el Magnífico, que nació en 1495, asumió como sultán en 1520 y convirtió el Imperio Otomano en un vasto imperio sunni musulmán que se extendió por tres continentes.
Las mujeres del Imperio Otomano llevaban una vida aislada. Fuera de sus hogares, tenían que lucir un velo y sólo podían hablar con hombres de su propia familia.
A los spahi otomanos, o caballeros de infantería, se les daban tierras en contraprestación por sus servicios militares, lo cual los convirtió en la clase gobernante de todo el imperio.
En 1566, el Imperio Otomano se extendía por tres continentes. Solimán constituyó un ejército naval muy fuerte y ganó el control del Mediterráneo. También dominó el Mar Rojo y el Golfo Pérsico.
La mayor victoria de Solimán la obtuvo en la batalla de Mohacs, en 1526, cuando aplastó al ejército húngaro. Su ejército tuvo la capacidad de derrotar a una alianza de naciones del centro de Europa y de asesinar al rey de Bohemia.
El fracaso de Solimán al tratar de invadir Viena, la capital del santo Imperio Romano, en 1529, evitó que invadiera Alemania y el centro de Europa. Así, el avance otomano fue detenido. La utilización de cañones era un desarrollo relativamente reciente.
El Imperio Otomano, fundado por Osman I en 1301, se extendió a Europa más o menos en 1389. Los mongoles detuvieron su expansión durante un tiempo pero, después de tomarse Constantinopla, Mehmet II rápidamente conquistó dos terrenos y 200 ciudades en Anatolia y los Balcanes. Más adelante, Selim I se tomó Siria, Arabia y Egipto, entre 1512 y 1520.
Solimán el magnífico
Solimán el Magnifico gobernó durante 46 años, a partir de 1520. Conquistó Belgrado y Hungría, pero falló a la hora de tomarse Viena, la capital del santo Imperio Romano. Más adelante invadió Mesopotamia, Armenia y la región del Cáucaso. Los otomanos obtuvieron el control de la parte oriental del Mediterráneo y del Mar Negro (por ello, dominaron el comercio en Venecia y Génova), así como del norte de África y ucrania.
Para su propio pueblo, Solimán era conocido como Qanuni, el legislador, dado que reformó la administración otomana y el sistema legal. Él dio forma al Imperio Otomano, enriqueciéndolo todo, desde la arquitectura hasta la vida de la corte. Era poeta, erudito y patrocinador de las artes, y reconstruyó gran parte de Estambul.
Los europeos lo llamaban Solimán el Magnífico por el esplendor de su corte y sus victorias militares en Europa. Tales victorias incluyeron una serie de campañas en las cuales capturó Belgrado, en Yugoslavia, y repelió de Rodas a los caballeros cruzados de San Juan, en 1522.
Su mayor victoria fue en Mahes, Hungría, en 1526. Su asedio sobre Viena amenazó el corazón de Europa y se tomó la ciudad santa musulmana de La Meca en 1538. Entretanto, la flotilla turca, bajo el mando del pirata Barbarroja (Khayr ad-Din Pasha), atacó y arrasó las costas de España, Italia y Grecia.
Las guerras musulmanas
Solimán llevó a cabo tres campañas en oriente contra el imperio safávida persa. Esta era una guerra entre musulmanes, entre los otomanos y los persas chiítas. Solimán se tomó Bagdad, aunque la frontera oriental del imperio nunca estuvo segura. Las guerras entre los dos imperios duraron hasta el siglo XVI y desviaron la atención de los otomanos, de tal forma que éstos no avanzaron hacia Europa.
Comienzo de un lento declinar
Cuando Solimán falleció, su hijo Selim II se convirtió en sultán. Selim llevaba una vida de placer, mientras que sus ministros generales administraban el imperio. Los otomanos no eran numerosos. Dependían de tomar esclavos rusos y noafricanos y de reclutar uno de cada cinco niños de sus territorios europeos para entrenarlos como administradores y soldados. A la gente del común se le dejaba en paz, siempre y cuando fuera obediente y pagara sus impuestos; además, ninguno de ellos fue convertido al Islam a la fuerza. Los otomanos dependían de los griegos, los armenios, los venecianos y otros comerciantes extranjeros, lo cual le imprimía carácter internacional al imperio. Sin embargo, en 1600, el imperio inició su largo y lento descenso.
OTROS DATOS:
Solimán el Magnífico, que nació en 1495, asumió como sultán en 1520 y convirtió el Imperio Otomano en un vasto imperio sunni musulmán que se extendió por tres continentes.
Las mujeres del Imperio Otomano llevaban una vida aislada. Fuera de sus hogares, tenían que lucir un velo y sólo podían hablar con hombres de su propia familia.
A los spahi otomanos, o caballeros de infantería, se les daban tierras en contraprestación por sus servicios militares, lo cual los convirtió en la clase gobernante de todo el imperio.
En 1566, el Imperio Otomano se extendía por tres continentes. Solimán constituyó un ejército naval muy fuerte y ganó el control del Mediterráneo. También dominó el Mar Rojo y el Golfo Pérsico.
La mayor victoria de Solimán la obtuvo en la batalla de Mohacs, en 1526, cuando aplastó al ejército húngaro. Su ejército tuvo la capacidad de derrotar a una alianza de naciones del centro de Europa y de asesinar al rey de Bohemia.
El fracaso de Solimán al tratar de invadir Viena, la capital del santo Imperio Romano, en 1529, evitó que invadiera Alemania y el centro de Europa. Así, el avance otomano fue detenido. La utilización de cañones era un desarrollo relativamente reciente.