La arquitectura: inicios de la edad media 501 - 1100
Los estilos de las edificaciones variaban en todo el mundo, desde estructuras simples en aldeas lejanas, hasta sobresalientes obras arquitectónicas en ciudades e imperios.
Los estilos de construcción variaban en todo el mundo. En los climas cálidos y húmedos, los edificios se fabricaban teniendo en cuenta que debían mantener a sus habitantes frescos y bajo la sombra, mientas que en los climas fríos necesitaban ofrecer protección contra el viento, la lluvia, la nieve y las temperaturas bajas.
En las regiones donde abundaban los árboles, las casas eran hechas completamente en madera. Esto fue especialmente cierto en el norte de Europa y Japón. Inclusive, los primeros castillos fueron construidos en madera, aunque muchos fueron reemplazados más adelante por la piedra, que ofrecía mayor durabilidad.
En los climas más cálidos se utilizaban ladrillos cocinados o de adobe. Dado que los ladrillos y la piedra eran más fáciles de trabajar, los constructores de iglesias, mezquitas y palacios a menudo los utilizaban con la esperanza de establecer una marca duradera en la historia.
Con los avances de las técnicas de construcción, los estilos arquitectónicos se volvieron más complejos y con frecuencia desplegaban arcos, techos elevados y domos. Los minaretes, las pagodas y las espiras se volvieron más altos y sus formas más agraciadas.
Los fuertes se construyeron más altos y voluminosos. En el año 1000, comenzaron a aparecer finas estructuras para comerciantes, mercados y comunidades comerciales. Ciudades tales como Hangzhou, Teotihuacán, Córdoba y Kanauj se construyeron a gran escala.
Lentamente surgió un estilo más secular, o no religioso, que establecía diseños que habrían de ser aplicados por arquitectos de futuras generaciones. No obstante, la mayoría de personas aún vivía en estructiras simples.
Los tipis americanos, las cabañas de madera europeas, las tiendas árabes y las casas indonesias, que se construían rápidamente con materiales simples, satisfacían con creces las necesidades de sus habitantes. Probablemente eran más cómodas para vivir que los fríos castillos de piedra o los grandes palacios.
Los castillos y las fortalezas ubicados sobre montañas artificiales eran muy comunes en todo el occidente de Europa. Si eran atacados, los habitantes podían esconderse dentro del castillo. La aldea y su empalizada eran vulnerables contra los saqueos y los incendios, incluso si las personas se salvaban.
En los castillos que se construyeron durante períodos avanzados de la Edad Media se levantaban paredes externas para encerrar los caseríos y a veces se construían alrededor de ciudades enteras. Los normandos eran maestros en la construcción de castillos, aunque los japoneses, los árabes y los mayas también eran habilidosos en ese arte.
Las aldeas como esta villa anglosajona, en Inglaterra, con su corte central y una empalizada alrededor, eran comunes en todo el mundo. Se utilizaban diferentes materiales y estilos, pero la estructura y la disposición normalmente eran las mismas.
Los musulmanes construían minaretes al pie de las mezquitas, de tal forma que los llamadores pudieran trepar para avisar a las personas que vinieran a orar. El diseño de estos minaretes y de las cúpulas, o domos con forma de cebolla, es t´pico de la arquitectura musulmana.
Santa Sofía, en Constantinopla, fue construida a principios del siglo VI. Fue una inmensa obra de arquitectura bizantina que más adelante fue convertida en mezquita por los otomanos. En la actualidad funciona como museo.
En Aotearoa (Nueva Zelanda), los maoríes construían edificaciones en madera. Éstas eran talladas con herramientas de piedra y a menudo se les agregaba hueso tallado, conchas y piedras de colores para lograr atributos especiales, como los ojos de sus dioses.
Los constructores normandos tenían equipos simples que les ayudaban a erigir grandes catedrales y castillos. Sus métodos eran muy ingeniosos y eran bastante habilidosos. Los métodos de construcción como los utilizados por los normandos no cambiaron de manera fundamental durante casi 1000 años, hasta la introducción del hierro y el concreto.
Para soportar el gran peso de su techo, estos pilares y arcos de la catedral de Dirham, en Inglaterra, tienen el estilo normando típico, o gótico, que se desarrolló alrededor del año 1100. No sólo por su belleza exterior, estas edificaciones de techos altos y abundante iluminación estaban bien construidas y se han sostenido durante muchos cientos de años.
Los estilos de construcción variaban en todo el mundo. En los climas cálidos y húmedos, los edificios se fabricaban teniendo en cuenta que debían mantener a sus habitantes frescos y bajo la sombra, mientas que en los climas fríos necesitaban ofrecer protección contra el viento, la lluvia, la nieve y las temperaturas bajas.
En las regiones donde abundaban los árboles, las casas eran hechas completamente en madera. Esto fue especialmente cierto en el norte de Europa y Japón. Inclusive, los primeros castillos fueron construidos en madera, aunque muchos fueron reemplazados más adelante por la piedra, que ofrecía mayor durabilidad.
En los climas más cálidos se utilizaban ladrillos cocinados o de adobe. Dado que los ladrillos y la piedra eran más fáciles de trabajar, los constructores de iglesias, mezquitas y palacios a menudo los utilizaban con la esperanza de establecer una marca duradera en la historia.
Con los avances de las técnicas de construcción, los estilos arquitectónicos se volvieron más complejos y con frecuencia desplegaban arcos, techos elevados y domos. Los minaretes, las pagodas y las espiras se volvieron más altos y sus formas más agraciadas.
Los fuertes se construyeron más altos y voluminosos. En el año 1000, comenzaron a aparecer finas estructuras para comerciantes, mercados y comunidades comerciales. Ciudades tales como Hangzhou, Teotihuacán, Córdoba y Kanauj se construyeron a gran escala.
Lentamente surgió un estilo más secular, o no religioso, que establecía diseños que habrían de ser aplicados por arquitectos de futuras generaciones. No obstante, la mayoría de personas aún vivía en estructiras simples.
Los tipis americanos, las cabañas de madera europeas, las tiendas árabes y las casas indonesias, que se construían rápidamente con materiales simples, satisfacían con creces las necesidades de sus habitantes. Probablemente eran más cómodas para vivir que los fríos castillos de piedra o los grandes palacios.
Ejemplos de arquitectura
Los castillos y las fortalezas ubicados sobre montañas artificiales eran muy comunes en todo el occidente de Europa. Si eran atacados, los habitantes podían esconderse dentro del castillo. La aldea y su empalizada eran vulnerables contra los saqueos y los incendios, incluso si las personas se salvaban.
En los castillos que se construyeron durante períodos avanzados de la Edad Media se levantaban paredes externas para encerrar los caseríos y a veces se construían alrededor de ciudades enteras. Los normandos eran maestros en la construcción de castillos, aunque los japoneses, los árabes y los mayas también eran habilidosos en ese arte.
Las aldeas como esta villa anglosajona, en Inglaterra, con su corte central y una empalizada alrededor, eran comunes en todo el mundo. Se utilizaban diferentes materiales y estilos, pero la estructura y la disposición normalmente eran las mismas.
Los musulmanes construían minaretes al pie de las mezquitas, de tal forma que los llamadores pudieran trepar para avisar a las personas que vinieran a orar. El diseño de estos minaretes y de las cúpulas, o domos con forma de cebolla, es t´pico de la arquitectura musulmana.
Santa Sofía, en Constantinopla, fue construida a principios del siglo VI. Fue una inmensa obra de arquitectura bizantina que más adelante fue convertida en mezquita por los otomanos. En la actualidad funciona como museo.
En Aotearoa (Nueva Zelanda), los maoríes construían edificaciones en madera. Éstas eran talladas con herramientas de piedra y a menudo se les agregaba hueso tallado, conchas y piedras de colores para lograr atributos especiales, como los ojos de sus dioses.
Los constructores normandos tenían equipos simples que les ayudaban a erigir grandes catedrales y castillos. Sus métodos eran muy ingeniosos y eran bastante habilidosos. Los métodos de construcción como los utilizados por los normandos no cambiaron de manera fundamental durante casi 1000 años, hasta la introducción del hierro y el concreto.
Para soportar el gran peso de su techo, estos pilares y arcos de la catedral de Dirham, en Inglaterra, tienen el estilo normando típico, o gótico, que se desarrolló alrededor del año 1100. No sólo por su belleza exterior, estas edificaciones de techos altos y abundante iluminación estaban bien construidas y se han sostenido durante muchos cientos de años.