La Francia de Capeto 987 - 1328
En Francia, la dinastía carolingia fue seguida por los capetos en 987. Fundada por Hugo Capeto, el objeto de la dinastía era unificar Francia como una nación orgullosa.
Capeto fue el sobrenombre dado a Hugo Capeto, el fundador de la dinastía, debido a una corta capa que utilizaba en la época en que era abad. Como duque de Francia, había sido el jefe de vasallos del último rey carolingio, y él mismo fue elegido rey francés. Su posición no era muy fuerte: desde París, gobernaba el norte de Francia, aunque los duques de Normandía, Burgundi y Aquitania eran caso tan poderosos como él.
El objetivo de los capetos era unificar Francia y dirigirla como una nación orgullosa y próspera. La influencia de Capeto y el sentimiento nacionalista francés crecieron bajo el mandato de Luis el Gordo (1108-1137), quien estableció alianzas con los líderes de la iglesia contra los alemanes y los ingleses.
A diferencia de los Reyes, los duques estaban más interesados en las fortunas de sus propias dinastías que en aquellas de Francia como conjunto. Las alianzas, a través de los matrimonios permitían que la tierra quedara fuera del control central y esto se habría de convertir en un problema.
Los franceses y los normandos
En 1152, la esposa del rey Louis VII, Elena de Aquitania, se divorció de él, dado que éste permanecía en las cruzadas con demasiada frecuencia. Luego ella se casó con Enrique II, el rey franco normando de Inglaterra, tomando así el poder de Aquitania por parte de los normando.
Francia estaba dividida en dos mitades, y esto condujo a un conflicto. En el año 1214, los franceses habían recuperado parte de las tierras normandas y en el 1226, Luis VIII había fortalecido Francia en gran medida. Este proceso continuó bajo el mandato de Luis IX (San Luis), que conquistó el sur y derrotó a varios nobles revoltosos. Sin embargo, los duques aún tenían mucho poder y los normandos habrían de explotar tal situación. Querían controlar Francia.
El asunto del poder normando en Francia no había sido resuelto y, después de la caída de los capetos, en el año 1328, comenzó un siglo de guerras entre los ingleses y los franceses. Los capetos habían otorgado a Francia independencia nacional y estabilidad, pero esta situación había tardado algún tiempo.
Abadías y Catedrales
En la época medieval había dos empleadores importantes: los reyes y la iglesia. Muchas iglesias, monasterios y catedrales fueron construidos en los siglos XII y XIII, y no solamente por razones religiosas.
La construcción estimulaba la economía, generaba empleo y simbolizaba grandeza, estabilidad y riqueza. Adicionalmente, la iglesia actuaba como el gran señor religioso europeo de los reyes y era el interés de los reyes atraer el favor del Papa. Las nuevas iglesias de la época eran símbolo de progreso y prosperidad, así como sitios de oración.
La abadía de Jumiéges, fue reconstruida aproximadamente en el año 1040 como parte de una estrategia de los capetos para convertir a Francia en un reino influyente avalado por el Papa.
Los capetos hicieron de Francia una nación estable y rica. Un resultado de esta situación fue la construcción de grandes catedrales tales como la de Chartres. Su construcción comenzó en 1195 y duró 35 años en completarse.
OTROS DATOS:
Cuando Hugo Capeto tomó el poder, Francia se dividió en grandes ducados. Los matrimonios y el cambio de alianzas políticas significaron que Francia habría de permanecer dividida por algún tiempo. el objetivo de los capetos era unificar Francia bajo un solo gobierno.
La dinastía fundada por Hugo Capeto finalizó en el año 1328. Los monarcas de las subsiguientes casa reales francesas de Valois y Bourbon reclamaron la descendencia indirecta.
El oratorio de San Martín d´Aiguilhe es una imponente estructura en Burgundy. Esta parte de Francia era gobernada por los poderosos duques de Burgundy, contra quienes el poder de los reyes capetos no podía competir.
Hugo Capeto se muestra en la imagen recibiendo las llaves de la ciudad de Laon, de manos del obispo Asselin, su gobernante local.
Esta pintura de Roberto II, rey de Francia entre 996 y 1031, y su hijo Hugo Capeto, describe su excomulgación por parte del Papa. Ésto sucedió porque Roberto llevó a cabo un matrimonio controversial.
Capeto fue el sobrenombre dado a Hugo Capeto, el fundador de la dinastía, debido a una corta capa que utilizaba en la época en que era abad. Como duque de Francia, había sido el jefe de vasallos del último rey carolingio, y él mismo fue elegido rey francés. Su posición no era muy fuerte: desde París, gobernaba el norte de Francia, aunque los duques de Normandía, Burgundi y Aquitania eran caso tan poderosos como él.
La creación de Francia
El objetivo de los capetos era unificar Francia y dirigirla como una nación orgullosa y próspera. La influencia de Capeto y el sentimiento nacionalista francés crecieron bajo el mandato de Luis el Gordo (1108-1137), quien estableció alianzas con los líderes de la iglesia contra los alemanes y los ingleses.
A diferencia de los Reyes, los duques estaban más interesados en las fortunas de sus propias dinastías que en aquellas de Francia como conjunto. Las alianzas, a través de los matrimonios permitían que la tierra quedara fuera del control central y esto se habría de convertir en un problema.
Los franceses y los normandos
En 1152, la esposa del rey Louis VII, Elena de Aquitania, se divorció de él, dado que éste permanecía en las cruzadas con demasiada frecuencia. Luego ella se casó con Enrique II, el rey franco normando de Inglaterra, tomando así el poder de Aquitania por parte de los normando.
Francia estaba dividida en dos mitades, y esto condujo a un conflicto. En el año 1214, los franceses habían recuperado parte de las tierras normandas y en el 1226, Luis VIII había fortalecido Francia en gran medida. Este proceso continuó bajo el mandato de Luis IX (San Luis), que conquistó el sur y derrotó a varios nobles revoltosos. Sin embargo, los duques aún tenían mucho poder y los normandos habrían de explotar tal situación. Querían controlar Francia.
El asunto del poder normando en Francia no había sido resuelto y, después de la caída de los capetos, en el año 1328, comenzó un siglo de guerras entre los ingleses y los franceses. Los capetos habían otorgado a Francia independencia nacional y estabilidad, pero esta situación había tardado algún tiempo.
Abadías y Catedrales
En la época medieval había dos empleadores importantes: los reyes y la iglesia. Muchas iglesias, monasterios y catedrales fueron construidos en los siglos XII y XIII, y no solamente por razones religiosas.
La construcción estimulaba la economía, generaba empleo y simbolizaba grandeza, estabilidad y riqueza. Adicionalmente, la iglesia actuaba como el gran señor religioso europeo de los reyes y era el interés de los reyes atraer el favor del Papa. Las nuevas iglesias de la época eran símbolo de progreso y prosperidad, así como sitios de oración.
La abadía de Jumiéges, fue reconstruida aproximadamente en el año 1040 como parte de una estrategia de los capetos para convertir a Francia en un reino influyente avalado por el Papa.
Los capetos hicieron de Francia una nación estable y rica. Un resultado de esta situación fue la construcción de grandes catedrales tales como la de Chartres. Su construcción comenzó en 1195 y duró 35 años en completarse.
OTROS DATOS:
Cuando Hugo Capeto tomó el poder, Francia se dividió en grandes ducados. Los matrimonios y el cambio de alianzas políticas significaron que Francia habría de permanecer dividida por algún tiempo. el objetivo de los capetos era unificar Francia bajo un solo gobierno.
La dinastía fundada por Hugo Capeto finalizó en el año 1328. Los monarcas de las subsiguientes casa reales francesas de Valois y Bourbon reclamaron la descendencia indirecta.
El oratorio de San Martín d´Aiguilhe es una imponente estructura en Burgundy. Esta parte de Francia era gobernada por los poderosos duques de Burgundy, contra quienes el poder de los reyes capetos no podía competir.
Hugo Capeto se muestra en la imagen recibiendo las llaves de la ciudad de Laon, de manos del obispo Asselin, su gobernante local.
Esta pintura de Roberto II, rey de Francia entre 996 y 1031, y su hijo Hugo Capeto, describe su excomulgación por parte del Papa. Ésto sucedió porque Roberto llevó a cabo un matrimonio controversial.